viernes, 3 de febrero de 2012

Comienza el viaje

Ya llevo dos semanas en Filipinas! Me ha pasado el tiempo volando, casi sin darme cuenta.
Como ya llevo algo de retraso con la actualización del blog y quiero contarlo desde el principio, ahora toca echar la vista atrás y recordar el trayecto España-Filipinas, que esas 20 horas de viaje bien lo merecen!
En total cogí tres aviones, todos ellos con la compañía KLM Royal Dutch Airlines      
1.       7:40 Oviedo – 9:25 Paris (Charles De Gaulle)
2.       11:40 Paris – 12:55 Amsterdam (Schiphol Airport)
3.       14:25 Amsterdam – 9:55 Manila (Ninoy Aquino)


                    



 

El trayecto hasta París sin novedad, lo único la llegada al aeropuerto un poco apresurada porque… ya estaban cerrando la facturación! Nota mental: para la próxima vez hay que madrugar un poco más :S
El vuelo regional hasta París, cosa no vista por mi hasta entonces, en avioncito pequeño donde ni siquiera te dejan subir a bordo el equipaje de mano, porque si no, no cabemos! Desayuno parisino en el avión viendo el amanecer de la campiña francesa desde lo alto, muy bonito.
Al llegar a París toca ir a la terminal donde tengo que coger el siguiente vuelo. 10 minutos a la intemperie esperando el bus para llegar allí, tiempo más que suficiente para darse cuenta del frío que hace en cualquier sitio más al norte de los Pirineos!
El trayecto París-Amsterdam: increíble! Nunca había esa parte de Europa, al acercarte a Holanda se ven diques por toda la costa, parece como si fuesen un montón de islas, único! Algún día hay que volver por allí.
En el aeropuerto de Amsterdam tienen instalados escáneres de estos que te ven hasta el alma, escogen al azar a los afortunados en probarlo porque al tardar más tiempo no es viable que tenga que pasar por él todo el mundo, y si os lo estáis preguntando… sí, me tocó. Pones los pies en las marcas del suelo, brazos en alto y el escáner gira alrededor de ti, precioso.
Esperando para subir al avión ya tuve tiempo para la primera toma de contacto con el paisanaje filipino, a primera vista me parecen todos iguales, me imagino que a ellos con los occidentales les pase lo mismo.
El super Boeing 777-200/200ER prometía un viaje largo, pero cómodo y tranquilo. Tomo asiento, miro como el resto de la gente se coloca, me doy cuenta de que parece que ya se ha subido todo el mundo y que aún así a mi izquierda no hay nadie sentado, cruzo los dedos para que siga así, a ver si me voy a poder estirar y todo! Que ilusa… a última hora aparece un hooligan galés dando voces, preguntando a las azafatas para que le ayuden a encontrar su asiento, lógico que no lo encuentre porque con la tarrasca que llevaba, por favor no… pues sí, hace acto de presencia mi compañero del asiento de la izquierda para las siguientes 12 horas de mi vida, la aguja en el pajar, dos semanas después lo recuerdo y me pregunto ¿por qué yo?
Si hay algo que me ha quedado claro de este viaje es que KLM cuida a sus pasajeros cómo nadie, porque si alguien (entiéndase Charles hooligan of Wales) se dedica a pedir una media de tres cervezas a la hora, te las dan sin más! vayas como vayas! y eso en la clase económica, que no te darán en la business! Echando cuentas, 12 horas, a 3 cervezas/hora pues eso… = tajada del copón. Lo arreglé durmiendo y haciéndome la dormida (no fue tan malo como parece :D)
Otra cosa que me sorprendió de KLM es que en el trayecto te dan comida cómo para dos días, yo creo que es para que la gente se amodorre y no moleste… Carrito de ruedas cada dos por tres, aunque sí se agradece mucho cuando tienes sed.
Para evitar el riesgo de que después de estar 12 horas en un avión se te entumezcan las piernas (como mínimo) es muy recomendable dar paseítos, aunque sea hasta el baño, todo un clásico, y también hacer algunos de los ejercicios que te recomienda el respaldo del asiento de delante en operación anti-trombo, son muy efectivos.

La llegada a Manila después de un viaje de 20 horas (las 12 últimas del tirón) es un desfase absoluto, sobre todo si tenemos en cuenta la diferencia horaria de 7 horas, que hace de este viaje un salto en el tiempo. Si a esto sumamos la temperatura de bienvenida en Manila (31oC), con humedad relativa del 75%, os lo podéis imaginar…
Durante el trayecto en taxi desde el aeropuerto hasta Makati (una de las ciudades que forman la inmensa Manila) da tiempo a ver los contrastes de este país, donde en poco espacio puedes ver barrios de chabolas y edificios modernos de altura increíble, coches destartalados y cochazos con las lunas tintadas… país emergente del tercer mundo, que más se puede decir!
Las sensaciones del primer día son indescriptibles, una mezcla confusa de calor, bullicio, ruido, mucho ruido, gente (también mucha), tráfico, jet lag, sueño… y después de todo… esto es Asia! Increible…

3 comentarios:

  1. Madre mía, no me imagino como tienen que ser 20 horas de viaje, después estarías como pa bailar unas sevillanas no? jajaja

    Y qué risa con el amigo Charles jajajaja siempre tiene que haber algún elemento desentonante, no falla! ^^

    Guau, que ganas de comenzar a ver fotos de la ciudad (y del ruido, y del más ruido, y de la gente y de la más gente!) Tiene que ser increible! Otro mundo!

    Cuídate mucho, un abrazo enooooorme! Con un poco de suerte lo recibirás dentro de 7 horas ^^

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  2. Hola Carrot! Pues sí, la llegada es un desfase total! :)

    Lo de Charles, en fin... cosas que pasan! Hace poco me comentaron que lamentablemente ese tipo de turistas es bastante frecuente x aki :S

    Más adelante ire poniendo fotucas de filipinadas varias, con lo en0000000000rme que es esto, da mucho de si!

    Un besín!

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  3. Hola Tania:
    Interesante tu viaje a la lejana Asia.
    Desearte mucha suerte en tu andadura Filipina, te seguiré y espero que en tus viajes tengas más suerte con los compañeros de asiento.
    Besinossssssss.

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